ESG en el punto de mira - "La consistencia de los datos es vital, pero también lo es la interpretación y el reporting"

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La pandemia mundial aceleró la atención a los criterios ESG y, según Bloomberg, los activos ESG bajo gestión podrían alcanzar más de un tercio del total mundial previsto de 140,5 billones de dólares en 2025.

Esta aceleración conlleva una serie de retos para los gestores de activos,entre los que se incluyen la adaptación a la nueva normativa, la naturaleza cambiante de las expectativas de la sociedad en torno a las definiciones ESG y el monumental reto de la transición hacia una economía de cero emisiones netas, teniendo en cuenta el triple reto energético de la seguridad, la asequibilidad y el cambio climático, todo ello puesto de manifiesto por la guerra en Ucrania.

Podría decirse que la calidad de los datos es uno de los mayores retos, pero también una herramienta fundamental para afrontarlos, ya que, según Bloomberg, uno de cada tres dólares invertidos se verá influido de alguna manera por los datos ESG.

A medida que aumenta esta dependencia, si los datos no son correctos, tampoco lo son los resultados. Como resultado, estamos viendo, con razón, un mayor escrutinio de esos datos, así como la regulación para ayudar a disponer de mejores datos, como la obligación de divulgación relacionada con el clima por parte de las empresas, la reciente consulta de la UE sobre las calificaciones ESG y la introducción de la taxonomía de la UE para definir lo que se considera “verde” con un enfoque más claro.

La consistencia de los datos es vital, pero también lo es la interpretación y el reporting. Las calificaciones ESG varían notablemente según la forma de elaborar las evaluaciones de acuerdo a las políticas de la empresa, los sistemas de gestión y la información. Los datos cuantitativos comparables siguen siendo limitados, y el cambio de prioridades en cuanto a los riesgos ESG para la empresa significa que hay una necesidad urgente de comprender y evaluar plenamente los datos disponibles así como de desarrollar indicadores más adecuados.

El reglamento SFDR de la UE representa un paso firme hacia la imposición de obligaciones de divulgación de los llamados “principales indicadores de impacto adverso”, cuyo objetivo es centrarse en el impacto de las empresas en cartera.

Para que seamos realmente eficaces como sector, es imprescindible que examinemos y hagamos evolucionar los datos y las métricas adecuadas para fundamentar nuestras decisiones de inversión, a la vez que comunicamos de forma clara y eficaz para que los clientes comprendan el impacto de sus inversiones en nuestro entorno y sociedad futura.

Autores

Stephanie Maier

Global Head of Sustainable and Impact Investment en GAM Investments

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