Los gestores de activos juegan un papel importante en la consecución de los ambiciosos objetivos para una transición ecológica, ya que gestionan gran parte del capital necesario para ello. Su importancia se refleja muy claramente en la rápida evolución de los requisitos normativos para la aplicación de los criterios ESG. Sin embargo, también la sociedad civil exige normas más estrictas en materia de ESG, y espera que los gestores de activos hagan de las consideraciones ESG parte de sus obligaciones.

Una señal igualmente significativa del importante papel que desempeñan los gestores de activos es la gran afluencia en los últimos años de los productos de inversión verdes. Los gestores de activos han reaccionado al aumento de la demanda por la inversión ESG, ampliando el mercado de productos de financiación sostenible. Sin embargo, también se espera que, en general, el capital se gestione de acuerdo con el creciente deseo de los inversores de una mayor sostenibilidad. La gestión de las inversiones desempeña un papel fundamental, ya que permite a los gestores de activos comunicar los intereses de los accionistas e impulsar el cambio hacia un modelo empresarial más sostenible.

Por lo tanto, los gestores de activos son intermediarios fundamentales para el objetivo de la sociedad de alcanzar la neutralidad del carbono y la transición de las empresas hacia la economía de emisiones netas cero. Se trata de jugar un rol responsable que requiere una orientación clara por parte de los legisladores para que el sector asuma su papel. Los productos financieros exclusivos no son la solución, porque se requiere la contribución de todas las empresas para alcanzar una verdadera transición. No podemos permitirnos el lujo de dejar atrás a las empresas sólo por tener una mayor huella medioambiental en la actualidad. Por el contrario, estas empresas necesitan un tiempo considerable, pero sobre todo capital, para facilitar su transición. Así, es imprudente abandonar a algunas empresas que no son capaces de satisfacer los crecientes intereses de sostenibilidad de inmediato. En cambio, las inversiones deberían estar vinculadas a una transición medible y fiable.

Los equipos de gestión de invesiones pueden comunicar esos requisitos y, posteriormente, supervisar el progreso de su aplicación. Esta función es la que, en última instancia, convierte a los gestores de activos en el vehículo principal de la transición ecológica.